En esta ocasión queremos hablaros de
unos invertebrados que, en muchas ocasiones, comparten hábitat con el galápago
europeo. Suelen pasar desapercibidos, a pesar de ser uno de los grupos animales
con mayor tasa de extinción a nivel mundial: las náyades.
Se trata de grandes moluscos bivalvos
de agua dulce pertenecientes al Orden Unionoida. Estos invertebrados tienen un
alto poder bioindicador, de hecho su nombre hace referencia a las hadas o
ninfas de la mitología griega encargadas de mantener la pureza de las aguas
dulces. Estos organismos actúan como depuradoras naturales que filtran las
masas de agua, contribuyendo al buen funcionamiento de los ecosistemas
acuáticos. Pero las náyades se encuentran expuestas a numerosos factores de amenaza, tales como la contaminación y modificación de los cursos de agua, el
uso de plaguicidas y fertilizantes, las especies exóticas invasoras, la
desaparición de los peces hospedadores y el cambio climático.
En la Península
Ibérica contamos con la presencia de diez especies de náyades distintas y todas
presentan un estado de conservación preocupante, catastrófico en el caso del género Margaritifera.
Margaritifera spp.
M. auricularia |
En España este
género está representado por M.
margaritifera (madreperla de río o mejillón de rio) y M. auricularia (margaritona), catalogadas como En Peligro y En Peligro Crítico, respectivamente, según la Lista Roja de la UICN. M. margaritifera mantiene algunas
poblaciones en ríos de Asturias, Galicia y
Castilla y León, mientras que M. auricularia sólo está
presente en el Ebro y canales adyacentes.
Estos
animales presentan un ciclo de vida de lo más singular ya que, al igual que el
resto de náyades, necesitan la presencia de un pez hospedador para completar su
ciclo vital. La fase larvaria, denominada gloquidio, se instala en las
branquias de determinados peces donde completa su metamorfosis, convirtiéndose
en un individuo juvenil que pasará a enterrarse en el fondo del río. Recientemente
un equipo de científicos españoles (Araujo, R. et al. 2017) ha confirmado que existe
una segunda metamorfosis en la fase juvenil de M. margaritifera y gran parte de la mortalidad que presentan los
juveniles podría deberse a que algunos no son capaces de llevar a cabo esta
segunda metamorfosis. Esta especie es tremendamente longeva, con ejemplares
de más de 150 años en el norte de Europa.
Fase larvaria del ciclo vital (LIFE Margal Ulla) |
Para revertir el
proceso de extinción en el que se encuentran inmersas las náyades, en los
últimos años se han puesto en marcha diferentes acciones de conservación, entre
ellas la cría en cautividad. También algunos Proyectos LIFE se han centrado en
la conservación de estos moluscos, en ocasiones junto a labores de conservación
de otras especies como el galápago europeo. Pero resulta imprescindible
continuar trabajando por estas joyas nacaradas del medio acuático, cuyo futuro
es tristemente incierto.
Bibliografía consultada:
Revista Quercus: Cuadernos 348, 357, 360, 383.
LIFE Margal Ulla
Araujo, R. et al. 2009. “Las náyades de la Península Ibérica". Iberus, 27 (2): 7-72.
Jesús Abad Soria y Javier Balset
Izquierdo. 2015. “Náyades: depuradoras de nuestras aguas”. El Ecologista, 86.