jueves, 21 de marzo de 2019

La neotenia en anfibios


Hoy queremos hablaros de uno de los tantos secretos que guardan los humedales: la neotenia presente en anfibios. Este fenómeno evolutivo fue descubierto en 1867 en el ajolote mejicano (Ambystoma mexicanum), el cual mantiene características larvarias y, al mismo tiempo, es capaz de reproducirse.

Ajolote mejicano 
La neotenia supone por tanto una interrupción de la metamorfosis, de manera parcial o total. Según las especies este proceso puede ser obligado, al estar fijado genéticamente, o puede ser facultativo, dependiendo en este caso de las condiciones ambientales. Se trata de un proceso evolutivo muy antiguo, pues se tiene constancia de neotenia ya en salamandras fósiles de finales del periodo Jurásico.

La neotenia es relativamente frecuente en urodelos, en los cuales se suele observar una retención de las branquias externas. En concreto en la Península Ibérica hay citas de este proceso para especies como el gallipato, el tritón alpino, el tritón pirenaico, el tritón palmeado y el tritón pigmeo. Un estudio de dos poblaciones de tritón pirenaico refleja que los ejemplares neoténicos alcanzan la madurez sexual en apenas tres años, frente al intervalo de cuatro a nueve años en el caso de los ejemplares metamórficos, pero a cambio los ejemplares neoténicos viven menos años.

Ejemplar neoténico de tritón pigmeo localizado en la provincia de Jaén

Existen distintas teorías para tratar de explicar el porqué de la neotenia en anfibios, aunque aún no se dispone de estudios concluyentes. Estas teorías barajan una alteración en la hormona tiroidea como consecuencia de bajas temperaturas, ventajas derivadas de habitar únicamente en el medio acuático o un intento de acelerar la madurez sexual.

Bibliografía consultada:

Félix Amat, Neus Oromi, Delfi Sanuy, Antoni Palau y Salvador Carranza. 2014. “La neotenia del tritón pirenaico en lagos de alta montaña”. Quercus 344.

Javier Fuentes, Luis García-Cardenete, Eduardo Escoriza, José L. Esteban y Javier Benavides. 2011. “Neotenia en Triturus pygmaeus. Observación en el sur de Jaén”. Bol. Asoc. Herpetol. Esp. (2011) 22.

martes, 5 de marzo de 2019

Los anfibios en la medicina popular


En este blog ya dedicamos una entrada a la etnoherpetología, en concreto a los usos tradicionales de los galápagos, pero hoy queremos hablaros del empleo de los anfibios en la medicina popular española, ya que están documentados hasta 113 remedios extraídos a partir de nueve especies de anfibios, en concreto dos urodelos y siete anuros.

Los anfibios han sido considerados tanto agentes causales de diferentes dolencias, con una marcada animadversión hacia ellos, como seres curativos y medicinales ante multitud de patologías. Entre ellas destacan las enfermedades infecciosas y parasitarias, las enfermedades oculares, del sistema circulatorio, del sistema digestivo y de la piel, así como las causas externas de morbilidad.

Bufo spinosus
Las principales especies empleadas para elaborar los remedios han sido Bufo spinosus, Epidalea calamita, Pelophylax perezi e Hyla spp. Pero para obtener esta asignación taxonómica primero es necesario interpretar la nomenclatura popular, apoyándose en un análisis discriminatorio biogeográfico. Algunos ejemplos de nombres vernáculos populares son marrajo (Pleurodeles waltl), rana de zarzal (Bufo spinosus) o sapo de barriga blanca (Pelobates cultripes).


Algunos ejemplos de los muchos remedios recopilados son el uso de sangre de H. arbórea para depilar la piel, comerse fritos dos ejemplares de P. waltl para combatir la viruela, el jugo de ancas de rana contra la rabia, tragarse vivo un ejemplar de P. perezi para combatir el paludismo o la piel de rana como apósito contra las picaduras de alacrán. Por otra parte existía la creencia de que las verrugas desaparecían metiendo a un sapo en un recipiente bajo la cama del afectado o que colgando una pata de rana en la ropa de un niño pequeño se combatía el dolor de la salida de los primeros dientes.

Los anfibios se empleaban incluso como pronóstico del curso de la enfermedad, pues si se colocaba una rana en el pecho del afectado y esta moría, la dolencia acabaría remitiendo, pero si permanecía viva durante un tiempo, el desenlace del enfermo sería fatal.

Epidalea calamita

En España estas prácticas de zooterapia han sido prácticamente relegadas, por lo que la medicina popular no supone un impacto en la conservación de los anfibios ibéricos a día de hoy, como sí lo son la pérdida de hábitat, el cambio climático o las enfermedades emergentes.





Bibliografía:

Vallejo, José Ramón & González, José Antonio. 2013. “Los anfibios en la medicina popular española, la farmacopea de Plinio y el Dioscórides”. História, Ciências, Saúde – Manguinhos, Rio de Janeiro.