Las especies exóticas invasoras
(EEI) suponen una amenaza para los ecosistemas a nivel global, ya que alteran
su estructura y funcionamiento, perjudican a las especies nativas y pueden acarrear
efectos negativos sobre la salud y las actividades económicas.
Los humedales no están exentos de
esta amenaza, de hecho en España son muchas las EEI de
agua dulce, tanto animales como vegetales.
Algunas de ellas son el helecho
acuático Azolla filiculoides y el alga
moco de roca. Estas dos especies vegetales perturban los procesos ecológicos, causando
el declive de plantas y animales asociados a los cursos de agua.
Los cangrejos exóticos
(americano, señal y de los canales) han supuesto el declive del cangrejo de río
autóctono, principalmente por ser portadores de la enfermedad fúngica
denominada afanomicosis. Los cangrejos exóticos son, en general, resistentes a
la enfermedad, ya que son capaces de contener al hongo en la cutícula, pero
éste ha causado mortandades masivas en el caso del cangrejo de río autóctono.
La almeja asiática y el mejillón
cebra tienen una elevada tasa de crecimiento y son capaces de dispersarse
gracias a las actividades humanas, lo que les ha convertido en invasores de
gran éxito. Estos bivalvos provocan enormes costes económicos cada año, ya que
causan daños a numerosas infraestructuras y colonizan y obstruyen tuberías y
conducciones de agua. Además compiten con los bivalvos dulceacuícolas autóctonos,
algunos de ellos tan amenazados como Margaritifera
auricularia. Por suerte, a mediados
del pasado año 2018, se localizó un ejemplar de esta especie en el río Ebro (de
aproximadamente 70 años y un tamaño de 17,5 centímetros), junto a un centenar
de ejemplares de las otras tres náyades autóctonas del Ebro, dentro de
lo que se ha considerado como una población.
"El malvado mejillón cebra" (CH Ebro) |
El galápago de florida (Trachemys scripta), así como otras
especies de galápagos exóticos extendidos cada vez más por nuestras lagunas, ríos
y embalses, compiten con los galápagos autóctonos por los recursos, además de
ser una fuente de patógenos y enfermedades para estos.
Y esto son solo algunos ejemplos.
Es responsabilidad de todos luchar contra la grave problemática que suponen las
EEI. Precisamente, el pasado Noviembre de 2018 se puso en marcha el proyecto
LIFE INVASQUA, cuyo objetivo es dar a conocer la problemática que suponen las EEI
en los ecosistemas acuáticos y desarrollar herramientas que mejoren la alerta
temprana y una rápida respuesta ante estas.
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