El inicio de la primavera y sus primeras
lluvias es una época de ebullición en los humedales ibéricos, momento en el que
se reproducen muchas de las especies asociadas, ya sean vertebrados o invertebrados. Aunque este año las lluvias se están haciendo desear, no en vano el cambio climático es una de las grandes amenazas a las que se enfrentan los humedales y todos los organismos acuáticos.
Amplexo de sapo común |
Si enfocamos nuestra atención hacia los anfibios, es posible oír los coros formados por los machos de sapo corredor (Epidalea calamita) u
observar los elaborados cortejos del tritón pigmeo (Triturus pygmaeus). Hembras y machos de las distintas especies de
anfibios se reúnen en el agua y se acoplan de un modo característico denominado
amplexus o amplexo, fecundando los huevos de manera externa. El tamaño y
forma de la puesta es variable entre especies y, en el caso del sapo partero (Alytes obstetricans), el
macho transporta los huevos durante un mes aproximadamente hasta que
las larvas están completamente formadas y la puesta puede ser depositada en el
agua.
Macho de sapo partero |
También
en esta época se producen los cortejos y cópulas de los galápagos, aunque los
huevos no serán depositados hasta el verano. En el caso del galápago de florida
(Trachemys scripta), especie exótica invasora que por desgracia ya está
presente en muchos de nuestros humedales, el cortejo es muy curioso, ya que los machos
disponen de unas largas uñas que moverán frente a la hembra a modo de elaborado baile para cortejarla.
También en invertebrados crustáceos como los copépodos, los anostracos o las pulgas de agua, se pueden observar sacos de huevos o bolsas de incubación. Algunos de estos organismos pueden además formar huevos enquistados como mecanismo de
resistencia en periodos poco favorables.
Anostraco con huevos en desarrollo |