En varias ocasiones, al visitar
una charca durante nuestras labores de conservación del galápago europeo, nos
hemos encontrado con unos curiosos animales llamados anostracos, supervivientes
natos de los que os queremos hablar hoy.

A pesar de todo esto, las
poblaciones autóctonas del género Artemia,
exclusivo de ecosistemas hipersalinos, se están viendo amenazadas en distintos
puntos de nuestra geografía. Un ejemplo lo encontramos en las marismas de
Odiel, que hasta hace pocos años albergaban una valiosa población de la especie
A. parthenogenetica, la cual se ha
visto desplazada y sustituida por A.
franciscana, un congénere americano cuyas características le permiten imponerse
en el ecosistema. Esta invasión ha dado lugar a toda una serie de consecuencias
en las marismas, reduciendo la diversidad y abundancia de aves acuáticas y llegando
incluso a alterar procesos ecológicos.
Las especies exóticas invasoras
son una de las principales causas de pérdida de biodiversidad a nivel mundial (problema
que tampoco pasa desapercibido para el galápago europeo) y resulta de vital
importancia seguir trabajando para gestionar este problema de manera eficaz.
Bibliografía consultada:
Graciela Cohen, R. 2006. Los anostracos, ejemplo de una
compleja estrategia de supervivencia. Rev.
Digital Universitaria, Vol. 7, 11: 1-10.
Sánchez Ordóñez, M. et al. 2017. El último despertar de Artemia: crónica de una extinción
anunciada. Quercus 377: 30-38.